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25 de abril de 2006

Ciencias exactas


La verdad es que el café de los bares me parece un improperio.

Un insulto, un ultraje, un abuso, una injuria, una maldición y una broma de mal gusto.



(por mucho que ustedes digan que yo exagero...)

5 comentarios:

Gonzalo Paredes dijo...

No, no exagera.

Matías dijo...

que tiene que ver esto con las ciencias exactas, perdon por la falta de imaginacion o la carencia que le quieras poner, como explicacion a mi falta de entendimiento

Latitud Cero dijo...

La ciencia exacta es que siempre me pasa eso. Sí tienes razón algunas cosas no tienen mucho entendimiento...

Latitud Cero dijo...

Sin embargo sí, esa sí.

Sean Thorton dijo...

Hace pocos días conducía hacia Madrid de mañana pues tenía una importante cita, una de esas que uno no puede pasar por alto, y para la que se prepara especialmente (ya sabe, las uñas bien limpias, el nudo de la corbata perfectamente ajustado, etc...). Escuchaba una tertulia en un dial desconocido cuando una de las voces de aquella emisora dijo: "no hay nada más triste a la hora del desayuno en madrid que un señor mojando dos churros en un café de bar...". Aplausos generalizados y afirmación de los demás contertulios, todos ellos estaban de acuerdo al parecer, con que ese es el más triste de los desayunos...y el peor de los cafés.
Que quiere que le diga, fue escuchar a toda ese gente riendose de semejante imagen, y me faltaron manos (libres) para llamar y decir algo... Porque oiga, esos dos churros y el café acompañante se merecen un respeto, son ya muchos años de relación conmigo como para no prestar atención ante tal ultraje. Y es que tengo para mi que por muy improbable que le parezca, no hay nada mejor que un buen café de máquina recién limpia, con la justa presión del agua, y la mezcla del café adecuada... Eso me temo es privilegio exclusivo de los bares, de los buenos se entiende, de esos a los que yo suelo ir solo (que no triste) a primera hora... Necesitaría ud. cambiar de latitud para encontrar buen café de bar, querida, porque haberlo, hailo...Y de los churros mejor no hablamos, que eso sí que es a veces un improperio, algo así como el renegado cagüentó de quien esto escribe...