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9 de enero de 2007

Cinco meses después...

...tuve el capricho de venir de nuevo. El mismo día.

8 comentarios:

Gonzalo Paredes dijo...

Hizo bien.

NáN dijo...

perdona, Latitud, que te lo copie aquí, por si no vas allí:

pero Lasitud, viendo los otros párrafos, ¿cómo puedes pensar que el "me engañaste" era de enfado o algo así? Cámbialo por un "anda me equivoqué, fíjate", o por algo que te parezca tranquilo.
En realidad estabe encantado de haberte reencontrado. Vuelve a mi blog como te dé la gana, ¡claro que sí! Y cuando te apetezca si te apetece.

En cuanto al blog de Wes, soy un invitado tanto como tú. Por mi parte eres muy bienvenida. (te lo copiaré en el tuyo por si no vienes a leerlo).

NáN dijo...

Gracias por ir y decirlo. Cualquier problema, fue de mi expresión (me pasa mucho, que se me oiga la letra pero no la música de cariño; pero hay que arriesgar para avanzar).

Cuídate, compañera bloggera, y concédete todos los pequeños caprichos que se puede dar uno en una gripe, que dura siete días o una semana, ya sabes, según sea el tratamiento.

Latitud Cero dijo...

Gracias a ti. De veras. Por los viejos tiempos en que velabamos el silencio de una Diosa.

Latitud Cero dijo...

Oiga Cinco, pero que facilidad tiene usted... Cuénteme, cómo lo hace

Latitud Cero dijo...

facilidad para escribir esos cuentos tan lindos, decía.

Gonzalo Paredes dijo...

Tendré facilidad pero no para dejar comments! Hace rato que intento y la nueva versión de blogger me complica. Aparentemente ahora podré.
Gracias por el concepto, Latitud. Muchas gracias.
No sé muy bien cómo lo hago, o al menos sólo puedo decir ésto con seguridad: por un lado practico mucho -como quien hace deporte, pero en este caso con el teclado de la máquina- y por otro, al relatar algo me preocupo nada más que por lo relatado y por decirlo de la manera más nítida y menos repetitiva posible. Es eso. Creo.

Saludos.

Sean Thorton dijo...

Yo no olvidaré nunca el último nueve de enero, con la tarde ya oscurecida, cerca de un río...